Inmigracion Piemontesa

 

 

 

Hace más de un siglo, miles de piamonteses dejaron valles y montañas para buscar trabajo en el extranjero.

Muchos de nosotros, piemonteses, tenemos en nuestros antepasados, un tio lejano que ha partida para America, dejando detras familia, y pertenencias.

Muchos otros, por otro lado, fueron al corazón de Europa que prometió trabajo: en primer lugar, Francia, pero también Alemania y Bélgica.
Aunque estos emigrantes no siempre han encontrado suerte, la mayoría de ellos, llevó a estas tierras lejanas, ademas de la fuerza de sus brazos, su tradicion cultural y espiritual, tratando de revivir,su pasado y las tradiciones y comida de sus pueblos de origen.

En este sentido, hay dos canciones emblemáticas:

«Mamma mia dammi cento lire»   y el trágico hundimiento de la nave Sirio.
En ambas canciones, emerge el aspecto trágico de la emigración y el hundimiento de barco que se fue a las Americas que se lleva al fondo del mar todas las esperanzas y sacrificios de los inmigrantes italianos.

Mamma mia dammi cento lire
Mamma mia, dammi cento lire
che in America voglio andar
Cento lire sì, te li dò
ma in America no e poi no.
I fratelli alla finestra:
Mamma mia, lascèla andar
‘Pena giunta in alto mare
bastimento si rialzò.
I miei capellison ricci e belli
l’acqua del mare li marcirà
Le parole oi della mamma
son venute la verità.

Las huellas de la emigración a Francia, también dada la proximidad de la frontera.con Piamonte, tienen raíces distantes.
A menudo una emigración estacional, para las cosechas de producción de heno en los Alpes. Ademas del trabajo de la campiña, tambien trabajaban como albañiles o herreros.

La emigración italiana a Francia fue uno de los movimientos más antiguos e importantes de la península,
tanto por las dimensiones como por las características. Un proceso de emigración casi continuo , el censo francés de 1851 contó ya más de sesenta y tres mil italianos.
Entre 1878 y 1882, la reconstrucción de la infraestructura del país después de la guerra con Rusia, Austria y Prusia llevó a la primera emigración masiva italiana más allá de los Alpes: en 1881 y 1882, más de cien mil italianos emigraron a Francia.
La segunda ola de migración tendrá lugar entre 1900 y 1914, con un caudal de aproximadamente setenta y siete mil unidades por año: la comunidad italiana se convierte en la más grande entre los extranjeros.

Alrededor del ochenta por ciento de los emigrantes provienen de Lombardía, Toscana, Piamonte y Emilia. Los destinos preferidos son las regiones francesas de la industria mecánica (París, Lyon), las industrias química y alimentaria (Ile de Francia, Marsella), minas de hierro (Lorena), y las fábricas de vidrio del sudeste.
Más de cuatro millones de piemonteses cruzaron los Alpes, entre 1876 y 1976, como una última salida de la miseria.

Partire per la Merica

Y miles de italianos parten, . Parten de Nápoles y Génova. Entre ellos están, por supuesto, los piamonteses.
En Nueva York, de 1870 a 1930, atracaron cientos de barcos colmados de inmigrantes en busca de un nuevo destino.
Más de cuarenta días de travesía, apilados en las bodegas donde el sufrimiento y la enfermedad a menudo no permitían, el desembarco.

Al principio para los piemonteses, la America eran las tierras de Argentina, en particular las regiones de La Plata, y de ahí se dirigían hacia Córdoba, Salta y Mendoza, donde todavía se hablaba el arcaico piemontés de esa época.
Ese es el idioma del desembarco: poco italiano, a menudo analfabetos, listos para llegar a ganarse un destino para la familia con el sudor de sus frentes.

 

Rechazados  o Admitidos 

La isla Ellis era el primer obstaculo a superar, Se formaban en largas filas fuera de los edificios de ladrillos rojos, que cruzaban una gran plaza. Alli se les ofrecía, la primer recepción, agua para beber y lavarse, sopa caliente y pan  y mantas para poder dormir al abrigo.

En los dias siguientes, se los sometía a pruebas mas severas para determinar el estado de salud, la fe religiosa y las ideas politicas.

El exito  era fácilmente previsible para aquellos que ya tenían a alguien esperandolos para ofrecerles hospitalidad y trabajo y pronto lograban la A de admitidos.

Para otros, comenzó una terrible experiencia de días tristes pasados ​​en la angustia y en la memoria de la tierra de origen, con el temor de no llegar, al final de los cuales también podría haber una R. de Rechazado.
Tener su permiso de entrada rechazado significaba tener que partir en el primer barco de vapor que partia
de Ellis Island para ser enviado de regreso al país de origen, reenviado por la fuerza.

En Argentina

Diferentes eran las condiciones en Buenos Aires. Entre los italianos que llegan en masa desde 1875 había  muchos piemonteses, especialmente agricultores, principalmente de Langhe Roero y Monferrato. Al llegar eran interrogados y divididos de acuerdo con sus profesiones para luego ser enviados al Hotel de los Immigrantes.
Pocos encontraron empleo en la capital. La mayoría estaban  destinados a trabajos campesinos.en la pampa ilimitada y aislada.

 

[email protected]